¿Qué es el Triángulo dramático?

El Triángulo dramático es un diagrama que fue creado por el psicólogo Stephen Karpman en 1968 el cual fue discípulo de Eric Berne (médico – psiquiatra) creador de la teoría del Análisis Transaccional.

Respecto al Análisis Transaccional, hemos hablado en otros artículos del blog como por ejemplo, en el que escribo sobre los Estados del Yo que os animo a poder leerlo si no lo habeís hecho ya. Os dejo el link a continuación: https://aliendu.com/conoce-el-enfoque-psicologico-del-analisis-transaccional/

Creo que es una herramienta de autoconocimiento bastante importante la cual yo trabajo mucho con las personas a las que acompaño y la verdad que tiene muy buenos resultados. Aquí, vamos a volver hablar un poco de ellos, ya que dentro de la Teoría del Análisis Transaccional está todo unido y relacionado.

Entonces, el modelo del Triángulo Dramático se utiliza también, como herramienta de autoconocimiento y toma de consciencia en la psicología y psicoterapia.  Es un modelo que nos explica a nivel psicológico y social, cómo se desarrolla la interacción humana, ya que está compuesto por 3 roles qué son: Perseguidor, Salvador y Víctima. Vamos a ver cómo sería el diagrama en la siguiente imagen donde el Perseguidor estaría en el vértice superior izquierdo, el Salvador en el vértice superior derecho y la Víctima en el vértice inferior.

¿cómo funciona cada rol?

Karpman, nos explica que vamos a entrar en los roles del Triángulo Dramático en las relaciones con carácter conflictivo que podemos tener con diferentes personas. Por ejemplo, yo puedo tener una relación conflictiva con mi madre, con mi pareja, con una amigo/a…

Las personas involucradas en el conflicto van a posicionarse en determinados roles según sus características personales y posiciones existenciales. Estas últimas, pertenecen también a otro concepto del Análisis Transaccional que podemos verlas en otro artículo… pero para explicarlas rápidamente sería que, cuando yo me posiciono en estos roles estoy determinando o bien que: “me siento superior que tú” o bien, “que me siento inferior a ti”. Vamos a verlo mejor al describir los 3 roles:

1. Perseguidor: este rol se siente “mejor que el resto” y necesita posicionarse superior para que los otros le teman, tapando así, sus complejos de inferioridad. Intenta que las reglas se cumplan de manera rígida. Muchas veces, elabora reglas poco prácticas. Percibe al otro más débil, esto se manifiesta de manera inconsciente y por ello, se siente con el poder de “exigirle al otro”. Este rol suele invitar a sentir en el otro miedo, sumisión o adaptación.

2. Salvador: este rol también se siente “mejor que los otros” y necesita que lo necesiten. El Salvador responde ofreciendo ayuda desde una posición de superioridad, la frase que le acompaña sería: “tengo que ayudar a los otros porque no son lo suficientemente buenos para ayudarse por ellos mismos”. Esta creencia es muy inconsciente y se manifiesta porque se nos olvida ver al otro en este aquí y ahora con sus cualidades y potencialidades para poder conseguir algo por si mismo. O bien, se nos olvida el simple hecho de preguntar, ¿necesitas algo en lo qué pueda ayudarte? sin dar por hecho que, si no lo hacemos nosotros, el otro, no lo va a saber hacer. Este rol suele invitar a sentir en el otro dependencia o una constancia de pedir ayuda.

3. Víctima:  este rol se posiciona directamente en inferioridad ante los otros, “me siento peor que los otros”.

Muchas veces, buscan a un Perseguidor para sentirse inferior al otro con la justificación de que “tú me estás haciendo sentir así” sin hacerse responsable de sus propias emociones. O bien, por el contrario, buscan a un rol de Salvador para confirmar la creencia de “no puedo hacerlo por mi misma, no valgo”. Podemos detectar comportamientos en este rol, como por ejemplo, que fingen (muchas veces, de manera inconsciente) estar desconcertados y parece que no se enteran de nada o comenten olvidos y errores para que otros «lo persigan o lo salven” y tienden a enviar mensajes con sus conductas respecto a “no puedo, no sirvo, no valgo” ….

Este rol suele invitar a sentir en el otro lástima o ganas de ayudar y también, ganas de decirle continuamente lo que tiene que hacer o ser más rígido con ellos, es decir, de perseguirles desde este rol.

Tenemos que tener en cuenta que las interacciones de los diferentes roles dentro del Triángulo Dramático conllevan un descuento hacía el otro. Es decir, el Perseguidor descuenta el valor de la otra persona, el Salvador descuenta las habilidades de los demás para pensar, sentir o hacer por ellos mismos y actuar respecto a su propia iniciativa. Y la Víctima se descuenta a sí misma. Si busca a un Perseguidor, se ve a sí misma como una persona que merece ser rechazada e invalidada y si busca a un Salvador creerá que necesita ayuda para pensar, sentir y actuar correctamente para tomar decisiones.

Y rescatando un poco los Estados del Yo vamos a ver, qué estado del yo se esconde detrás de cada rol. Hay que tener en cuenta que todos los Estados del Yo que aparecen en estos roles del Triángulo Dramático aparecen en su aspecto negativo.

-El Perseguidor sería el Estado del Yo del Padre Crítico Negativo (esa figura de exigencia, autoridad y rigidez).

-El Salvador sería el Padre Nutritivo Negativo (esa figura que sobreprotege al otro y le invalida).

-La Víctima sería el Niño Adaptado Sumiso Negativo (esa figura que se siente sin tener ningún poder personal).

¿Cómo podemos salir del Triángulo dramático?

Cada persona tiene su propia historia y “su propio Triángulo Dramático” aunque solo haya 3 roles y sean iguales para todos y para todas.

El Triángulo Dramático es una herramienta de autoconocimiento muy eficaz que utilizo con las personas a las que acompaño en sus procesos personales. Trabajo principalmente con ellos y ellas, ¿cómo a través de su historia han ido adoptando un rol y para qué?… Y así, trabajando conscientemente en las diferentes sesiones podemos conseguir ir saliendo de estos roles del Triángulo Dramático.

Los roles del Triángulo Dramático no son auténticos. Cuando entramos en algunos de estos roles, que es verdad que cada persona tiende a desenvolverse en uno principalmente, pero también, cuando se van dando las interacciones entre los componentes, se va cambiando de rol en una misma conversación.

Pero tenemos que tener en cuenta, que estos roles no son auténticos porque responden al pasado en vez de a nuestro presente. Cuando estamos en un rol, estamos utilizando antiguas estrategias sobre las que decidimos cuando éramos niños/niñas o que escogieron nuestros padres.

Por eso siento y creo que es importante el crecimiento personal para poder elegir por nosotros/as mismos qué queremos y qué necesitamos para nuestro propio bienestar.

Programa de radio: el triángulo dramático

Espero y deseo que os pueda servir este artículo sobre la introducción y reflexión que hemos hecho a través del Triángulo Dramático.

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Gema Ortiz, Psicóloga – Psicoterapeuta Humanista y Educadora Infantil. Especializada en Pedagogías Activas y Educación Emocional. Educadora de Familias Certificada en Disciplina Positiva.

Psicóloga Gijón. Psicóloga a domicilio en Asturias. Psicología online.

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