Los mecanismos de defensa

por Ene 26, 2023Proceso Personal, Psicología, Psicoterapia

¿Cuál es el origen de los mecanismos de defensa?

Los mecanismos de defensa los describe la Psicoterapia Gestalt, la cuál es un modelo de psicoterapia dentro de la Psicología Humanista. Es una de las corrientes en la que me especialicé, entre otras y un enfoque que utilizo en las diferentes sesiones.

La Psicoterapia Gestalt, la inicio Laura Posner, psicóloga y psicoterapeuta, junto a su marido Fritz Perls, neuropsiquiatra y psicoanalista en el año 1942. Este enfoque, nos hace ver al Ser Humano como un todo, es decir, de manera holística para trabajar todos los procesos e integrarlos en su propio crecimiento personal.

También, la llaman “la filosofía de lo obvio” ya que se dieron cuenta, que muchas veces, la persona piensa que está viendo lo obvio y «lo obvio» la mayoría de las veces está siendo tapado por una cantidad de prejuicios, creencias distorsionadas, emociones no expresadas, mecanismos de defensa y otros factores que influyen como la cultura, educación, etc. Los cuales, no permiten a la persona que conecte con la realidad, es decir, con «lo obvio”.

Por ello, la Psicoterapia Gestalt se centra en acompañar a la persona a través del acompañamiento en el “aquí y ahora” para que pueda darse cuenta, es decir, tomar consciencia (cognitiva y emocionalmente) para conectar a través de la observación de su propia experiencia vivencial y enseñarle a no apartarse de ella para que pueda trabajar y ver «lo obvio”, la realidad.

Esta corriente confía en el potencial del ser humano para que, a través de está toma de consciencia de la realidad, se sanen diferentes procesos psicológicos. Puesto que, al tomar consciencia de ellos, se reorganizan espontáneamente para que sean adaptativos y sanos para la persona.

En mi experiencia profesional, es cierto, que muchos procesos psicológicos se colocan de una manera adaptativa en el crecimiento personal de la persona por el simple hecho de “ver esa realidad” y tomar consciencia desde otro punto. Siempre y cuando, el vínculo terapéutico este establecido y consolidado a través de la confianza y otros valores que son los que nos van a permitir trabajar para poder quitar todas esas capas que no nos dejan ver “lo obvio” como nos explica la Psicoterapia Gestalt y poder llegar así, a lo que necesitamos realmente.

¿Qué son los mecanismos de defensa?

Los mecanismos de defensa son respuestas que utilizamos de manera bastante habitual para evitar el CONTACTO de satisfacer nuestra necesidad real. Utilizamos estos mecanismos principalmente, para evadirnos del dolor que nos puede transmitir el sentirnos rechazados o no queridos por los otros al querer satisfacer nuestra necesidad. Os recuerdo también, cuáles son las fases de este Ciclo de la Experiencia: sensación, conciencia, energetización, acción, contacto, realización y retirada. (Podeis leer el artículo del Ciclo de la Experiencia aquí: https://aliendu.com/psicoterapia-gestalt-el-ciclo-de-la-experiencia/)

Los mecanismos de defensa se van construyendo en los primeros años de vida donde, en ese origen, estos mecanismos eran funcionales porque en ese momento tuvimos que necesitar protegernos ante emociones de sentirnos rechazados, invadidos o no queridos, es decir, abandonados. El obstáculo está, en que los repetimos de manera no adaptativa en nuestra vida adulta.

Por lo que, estos mecanismos de defensa, dificultan que podamos tener un desarrollo adaptativo en este “aquí y ahora” para satisfacer nuestra necesidad real a través del Ciclo de la Experiencia.

¿Qué diferentes tipos existen?

En cada fase del Ciclo de la Experiencia, según el modelo de Ana Gimeno-Bayón que propone en su libro “Comprendiendo la Psicoterapia de la Gestalt”, el cual es el que vamos a comentar. Ella explica que, utilizamos diferentes mecanismos de defensa para cada fase del Ciclo de la Experiencia, aunque algunos podrían aparecer durante todo el ciclo.

A continuación, iré nombrando cada uno de ellos y explicando en qué consisten y en qué fase del Ciclo de la Experiencia aparecen:

1. PROYECCIÓN: aparece entre la fase de Sensación y Conciencia. Este mecanismo de defensa consiste en atribuir (proyectar) en los otros algo que procede de nuestro interior, que es nuestra creencia, actitud, deseos, conductas y nuestro sentir.

Este mecanismo, si lo utilizamos de manera adaptativa nos sirve para imaginar y comprender, cómo se puede sentir el otro porque es así como yo me sentiría. Por ejemplo, si fallece la mascota de un amigo, me imagino, proyecto, que se sentirá triste porque es como yo me sentiría.

Ahora bien, cuando lo utilizamos de manera más disfuncional es cuando interpretamos las intenciones de los demás, haciéndoles responsables de lo que es nuestro. Un ejemplo sería, cuando consideramos que es la otra persona la que nos pone nerviosa en lugar de aceptar que somos nosotros lo que nos ponemos nerviosos ante la actitud del otro.

2. INTROYECCIÓN: aparece en la fase de Conciencia y Energetización. Este mecanismo es lo contrario a la proyección, es cuando incorporamos en nosotros actitudes, conductas, creencias y emociones que no son nuestras.

De manera adaptativa sería, utilizar el mando de la televisión tal y como nos explica en las instrucciones. Igual que durante la infancia es un mecanismo de aprendizaje, ya que los niños y niñas utilizan la identificación para aprender y crecer.

Aunque muchas veces, cuando somos adultos juega en nuestra contra y comienza a no ser adaptativo ya que, hemos absorbido como esponjas en nuestra infancia ciertos patrones que, de adultos, nos encontramos casi de manera inconsciente utilizando estos modelos de creencias, conductas y emociones que no son nuestros, sino de nuestras figuras de referencia que tuvimos en la infancia. La mayoría de las veces, no somos conscientes de por qué sentimos cierto malestar en lo que pensamos, sentimos y hacemos.

3. RETROFLEXIÓN: aparece entre la fase de Energetización y Acción. Este mecanismo de defensa consiste en qué por ejemplo, sentimos rabia hacía una persona que nos ha hecho algo injusto, lo adaptativo sería pasar a la acción y poner límites de manera asertiva con esa persona que nos ha dañado. Por el contrario, lo que hacemos cuando utilizamos el mecanismo de retroflexión, lo que hacemos es, llevar esa energía, es decir, esa rabia, hacía nosotros mismos a través de, por ejemplo, hablarnos mal, sentirnos culpables o avergonzados, comer de manera compulsiva, consumir drogas, etc.

4. DEFLEXIÓN: aparece entre la fase de Acción y Contacto. Este mecanismo consiste en disminuir la acción para evitar un contacto pleno y directo. Por ejemplo, personas que utilizan la verborrea para rellenar silencios incómodos o personas que dan muchos rodeos para decir algo que finalmente no lo dicen para evitar contactar con el otro. Hay personas que actúan de manera deflexionada prácticamente toda su vida.

5. DESVALORIZACIÓN: aparece entre la fase de Contacto y Realización. Este mecanismo consiste principalmente en desvalorar la experiencia que nos hace sentir el contacto. Es un mecanismo que solemos utilizar cuando no sabemos digerir lo que nos sucede y convertimos el logro en insatisfacción, después de haber llevado a cabo todo el proceso.

Un ejemplo de cuando utilizamos este mecanismo de defensa sería la comparación, cuando decimos: “comparado con…esto no es nada” o “no es para tanto, lo podía haber hecho mejor” … Como cuando felicitamos a una persona por algo que ha logrado y nos dice “esto es demasiado bueno para ser verdad o “no quiero emocionarme por ello, porque luego la caída es más dura”.

La persona interrumpe la satisfacción recordándose que luego vendrá algo malo o no tan bueno y Ana Gimeno – Bayón se pregunta en su libro: “¿cómo se puede recordar algo que no se ha vivido todavía?”.

6. CONFLUENCIA: aparece entre la fase de Realización y Retirada. Este mecanismo se da cuando la persona se fusiona con el ambiente sintiendo que son UNO y no encuentra los límites que lo separan. Por ejemplo, los niños recién nacidos viven en confluencia.

La confluencia es adaptativa cuando desaparecen los límites con el ambiente, pero sin perder la conciencia de que soy un individuo separado del grupo. Por ejemplo, un brindis, aplausos al final de una actuación, un artista creando su obra, etc.

La confluencia se vuelve disfuncional cuando no soy capaz de retirarme y recuperar mis propios límites respecto al ambiente. Son personas que habitualmente les cuesta decidir o manifestar una opinión más personal en interacción con el otro, por ejemplo, personas que dicen “a mi me da igual”, “lo que vosotros queráis”. Las personas que utilizan habitualmente este mecanismo de defensa son aquellas que suelen establecer relaciones de dependencia e idealizar al otro.

¿Cómo se pueden trabajar?

Los mecanismos de defensa se trabajan en un proceso de acompañamiento psicoterapéutico tomando consciencia poco a poco de cuál estamos usando y para qué los estamos usando….

En un proceso de Crecimiento Personal valoro que es sumamente importante, poder entender el sentido de ¿para qué estoy usando esto en mi propia historia personal?. Porque una vez que podamos tomar consciencia es cuando podemos realizar la acción de cambio que necesitamos en nuestro propio proceso.

En las sesiones que realizo, trabajamos los mecanismos de defensa una vez que, hemos tomado consciencia de ellos y de su para qué a través de diferentes propuestas y ejercicios que nos propone la Psicoterapia Gestalt como otros enfoques de la Psicoterapia Humanista.

Programa de radio: Los mecanismos de defensa

Espero y deseo que os pueda servir este artículo sobre la introducción y reflexión que hemos hecho a través de los Mecanismos de defensa.

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Gema Ortiz, Psicóloga – Psicoterapeuta Humanista y Educadora Infantil. Especializada en Pedagogías Activas y Educación Emocional. Educadora de Familias Certificada en Disciplina Positiva.

Psicóloga Gijón. Psicóloga a domicilio en Asturias. Psicología online.

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